Llevar las finanzas en familia es gestionar los ingresos y los gastos de manera unida con todos los miembros, incluidos los hijos. Esta gestión está basada en un principio de comunicación y responsabilidad que no solo ayuda a los padres a disminuir la tensión con el tema del dinero cuando algo se puede o no se puede comprar, sino que prepara a los hijos para la toma de decisiones financieras que no es enseñada en las escuelas, sino es aprendida en el hogar.

Hay diferentes formas de llevar las finanzas en familia, pero para hacerlo de manera sana compartimos contigo una serie de principios que te van a servir de orientación.

El primer principio es el de la gratitud, este se basa en ser feliz y estar agradecido con lo que se tiene, no con lo que los demás poseen. El estar feliz con lo que tenemos nos da la dicha de aprovechar cada uno de nuestros bienes y este estado de ánimo nos motiva a procurar mantener y mejorar lo que se tiene.

Gratitud no quiere decir conformidad, ya que la conformidad es aceptar algo o resignarse sin que se esté feliz o agradecido necesariamente, por eso debemos de saber diferenciarlo, pues al hacerlo enfocamos nuestros pensamientos de manera productiva que es lo que nuestras finanzas familiares necesitan.

El segundo principio es el de la responsabilidad, y es que unas finanzas sanas no pueden ser administradas sin una orientación o disciplina. La responsabilidad en las finanzas familiares es buena repartirla según la capacidad de cada uno de los miembros, pero todos los integrantes (con edad suficiente de hacerlo) deben involucrarse en la parte de los ingresos y los gastos.

Pudiera parecer sencillo, pero es vital que todos los miembros de la familia maneje conceptos como presupuesto, gasto, inversión, deuda, entre otros. Para conseguirlo, pueden organizar sesiones semanales donde intercambian estos conceptos, formas de administrar el dinero, instrumentos de inversión, deuda y tipos de deuda, entre otros.

El tercer principio para llevar las finanzas sanas en familia, es el de la comunicación. Es muy importante que podamos desarrollarla de manera temprana con todos los miembros. En muchas ocasiones, las familias se ven en crisis financieras muy grandes porque uno de los miembros de la familia consumió más de lo que se podía, no ahorraba cuando hacía pensar a los demás que sí o mentía en términos generales sobre el manejo financiero.

Debemos entender que el manejo del dinero es una responsabilidad de todos los miembros de la familia, si no comunicamos la situación que estamos atravesando, difícilmente podamos salir de ella o, por otro lado, si no somos empáticos con el problema de alguno de los integrantes, estaríamos conduciéndole a una crisis financiera que podría desencadenar daños colaterales.

Estos tres principios son el pilar de unas finanzas familiares sanas que puedes empezar a implementar en lo inmediato y hacerlo parte de su ADN familiar.